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Esta es nuestra historia.
Cuatro generaciones y casi un siglo de tradición vinícola nos respaldan.
En 1925 “mis bisabuelos” cargaban el carro de vino, preparaban a las mulas y se embarcaban casi a diario en una pequeña aventura que consistía en repartir nuestro preciado producto a los pueblos más cercanos. Más de 9 horas tardaban en completar el trayecto desde nuestra bodega en Navalcarnero hasta Aravaca, pasando por Villaviciosa de Odón, Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcón. Hacían noche en la casa de labranza que había en Pozuelo de Alarcón y comenzaban el camino de vuelta tardando poco menos de 8 horas, ya que al volver de vacío las mulas estaban más descansadas.
Fue mi abuelo el que, con el paso del tiempo, compró un tractor con remolque y más tarde un camión con el cual el arduo trayecto se convertía en un trámite de apenas una hora y media.
En la actualidad continuamos con el mismo espíritu que tenían mis bisabuelos. Y aunque nuestros métodos han cambiado, el orgullo que sentimos al desempeñar esta tarea nos sigue acompañando como el primer día, apreciamos mucho a la buena gente de estos pueblos y por ello aún seguimos realizando la misma ruta de reparto.
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Nuestra historia vino Pureza
En 1925 mis bisabuelos cargaban el carro de vino, preparaban a las mulas y se embarcaban casi a diario en una pequeña aventura que consistía en repartir nuestro preciado producto a los pueblos más cercanos. Más de 9 horas tardaban en completar el trayecto desde nuestra bodega en Navalcarnero hasta Aravaca, pasando por Villaviciosa de Odón, Boadilla del Monte y Pozuelo de Alarcón. Hacían noche en la casa de labranza que había en Pozuelo de Alarcón y comenzaban el camino de vuelta tardando poco menos de 8 horas, ya que al volver de vacío las mulas estaban más descansadas.
Fue mi abuelo el que, con el paso del tiempo, compró un tractor con remolque y más tarde un camión. Fue con este con el cual el arduo trayecto se convertía en un trámite de apenas una hora y media.
En la actualidad continuamos con el mismo espíritu que tenían mis bisabuelos. Y aunque nuestros métodos han cambiado, el orgullo que sentimos al desempeñar esta tarea nos sigue acompañando como el primer día, apreciamos mucho a la buena gente de estos pueblos y por ello aún seguimos realizando la misma ruta de reparto.
Esta ha sido y es nuestra historia, la historia del vino Pureza
En Bodega Familia Cardeña seguimos manteniendo aquellos viñedos que ya tienen 100 años, seguimos trabajando con la misma pasión y dedicación que hacían mis bisabuelos. No hemos perdido ni un poco de amor por esta tierra, por la enología, por la viñas y nuestros vinos.
Tanto es así que tenemos varios premios. Nuestro vino blanco ha sido recientemente reconocido en los premios Carlos Falcó, organizados por el Consejo Regulador del Vino de la Comunidad de Madrid